Casa Alfarera Santo Domingo es un taller de gres cerámico artesanal ubicado en el corazón de la Ciudad Colonial de Santo Domingo. Su casa es una restaurada edificación del siglo XVII que conjuga el encanto de la arquitectura de aquella época con el de su artesanía.
Se ha desarrollado orgánicamente desde el año 2014 y en la actualidad se compone de un grupo expandible de 12 artesanos y alfareros dominicanos que han trabajado, en algunos casos, durante décadas en el sector.
Trabajan la cerámica desde la selección de materias primas en diferentes localidades del país hasta el producto final. Sus piezas destacan por su belleza, originalidad de sus formas y por la calidad de sus terminaciones.
Casa Alfarera produce cerámicas utilitarias en series que incluyen tableros de mesa, jardineras, cerámicas para adaptaciones arquitectónicas, muebles de cerámica, iluminación y piezas únicas.
Además de producir artículos de diseño propio, una gran parte de su producción está en ordenes especiales en colaboración con clientes: arquitectos y diseñadores de interior que solicitan piezas hechas a la medida, chefs que desean servir sus recetas en vajillas únicas, hoteles que solicitan lámparas, ceniceros, bandejas o jaboneras; paisajistas que necesitan tarros para sus jardines y clientes finales que adquieren desde vajillas personalizadas hasta jarrones de diseño único.
Su fundadora y propietaria, la venezolana Ysabela Molini, se formó en Historia del Arte, Cerámica y estudios Críticos y Visuales en el Pratt Institute de Nueva York, y es allí donde le surge la fascinación por la cerámica y sus posibilidades.
Conversamos con ella y nos relata sobre el diseño y producción de los objetos utilitarios y decorativos que fabrican.
Cuéntanos sobre el proceso de elaboración de las piezas. ¿Qué técnicas y materiales utilizan?
Elaboramos cuerpos de gres cerámico a partir de diferentes tipos de barros y minerales que aportan cuerpo y resistencia a la mezcla con una temperatura óptima de cocción de 1250 grados Celsius. Nuestras piezas son hechas manualmente al torno o vía moldes de presión. Elaboramos nuestros propios esmaltes en el taller.
¿En qué te inspiras para el diseño y creación de las piezas?
Mayormente en piezas históricas y en metodologías de producción artesanal histórica. En muchos casos mis referencias o inspiración no son formales, sino más bien conceptuales. Por ejemplo, me interesa mucho el método de creación de esmaltes en orfebrería para piezas religiosas medievales.
Quizás el resultado visual de la pieza cerámica no refleja la apariencia de la carátula de un manuscrito iluminado medieval, pero el pensamiento detrás de lo que creamos sí viene de ese concepto de esmaltado. El comportamiento de los esmaltes, los cristales y los metales dentro de los esmaltes son un referente esencial en nuestro proceso de elaboración.
¿Cómo ha evolucionado el arte de Casa Alfarera desde sus inicios hasta hoy?
Con el tiempo la cadena de producción se ha eficientizado. La destreza manual de algunos artesanos se ha refinado, en especial la de los artesanos mas jóvenes. Mi entendimiento del material se ha desarrollado desde el inicio del proyecto y tengo más confianza en nuestro proceso y nuestra producción. Entiendo tenemos un camino largo por seguir recorriendo para seguir aprendiendo sobre el proceso cerámico. Sin embargo, a nivel matérico hemos llegado a entender nuestro material con más claridad. Estéticamente el camino no ha sido una línea recta, pero en términos generales creo que hemos ido logrando hacer piezas más complejas y elaboradas.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar en colaboración con arquitectos y diseñadores?
En un proceso que disfruto enormemente y me siento muy afortunada de poder tener este tipo de discurso con profesionales del área. Cada vez me siento más cómoda haciéndolo. Esta comunicación es realmente una fuente de alegría dentro del trabajo que realizamos porque aporta mucha información de diferentes ramas a nuestro proceso.
El proceso de elaboración de una pieza cerámica es complejo, pues combina arte, habilidad manual y ciencia. ¿Cómo valorarías la mano de obra de nuestros artesanos dominicanos?
Sin ellos nuestro taller no existiría. No son solo la “mano de obra”, su valor está en su disposición de cumplir, su amor por lo que hacen, su buena voluntad de trabajo, su curiosidad por mejorar individualmente y como equipo, su creatividad para la resolución de problemas. Gracias a ellos este proyecto ha podido avanzar.
¿Cómo ves el futuro de la cerámica en nuestro país?
Tenemos que seguir entrenando una generación de artesanos de relevo para que el proceso no pare. He comenzado a seguir el trabajo de creadores jóvenes como es el caso de Cerámica Karibe quien hace un excelente trabajo. Tengo fe que poco a poco habrá una mayor producción de cerámica local de calidad en República Dominicana.
| Imágenes cortesía de Casa Alfarera.
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