Diseñado para comunicar una atmósfera ligera, relajada y cálida. Este proyecto, ejecutado por la Diseñadora Carmen Ariza Prota, es un pequeño apartamento de 65 metros cuadrados, que resalta por la armonía entre sus materiales, texturas y luz natural.
La líder de la firma de diseño de interiores Indoor, nos confiesa que trabajar espacios pequeños como el caso de Living 606, puede ser interesante. Pues dan la oportunidad de enfocarse en un solo concepto.
A continuación, la diseñadora nos explica el ADN del proyecto, cómo fue el proceso de diseño y retos a superar.
Esencia del Proyecto
Necesitábamos transmitir una idea con pocos elementos, hacer que cada pieza seleccionada o diseñada por nosotros, estuviera pensada para que verdaderamente aportara. Y, no nos desconectara del diseño original, por esto, pusimos especial atención a los detalles y al lenguaje del mobiliario.
Pensamos que la proporción es clave a la hora de iniciar un proyecto. Un espacio reducido, no requiere de muebles pequeños; requiere de un diseño a la medida con ideas que unifiquen y con elementos que definan el ambiente a la escala correcta.
El aprovechamiento de la luz natural fue uno de los principales objetivos, al igual que mantener paredes blancas para que sirvieran no sólo como reflejo de luz, sino, como fondo para resaltar cada una de las piezas que fueron seleccionadas con mucha precisión.
Punto de Partida
El concepto para Living 606 fue desarrollándose a partir de un ánfora con terminación desgastada, que sabía quería colocar sobre una superficie de líneas limpias. Sus tonos y calidez sirvieron de inspiración para la selección de materiales de terminación, como el tono de la madera.
El muro donde colocamos el mueble de tv, fue igualmente uno de los puntos que definió gran parte del concepto, debíamos diseñar un mueble que ayudara a corregir elementos arquitectónicos, manteniendo ligereza en el espacio.
Proceso
Modificamos, a nivel arquitectónico, pequeños detalles. Se corrigieron cortineros y se diseñó un mueble de tv que visualmente eliminara las distracciones de vigas y columnas. Pero que a la vez, formaran parte del diseño y tuvieran una intención.
A pesar de ser un ambiente trabajado en tonos neutrales, dimos importancia a los contrastes entre texturas, unas más rusticas y otras más pulidas. Incorporamos elementos contemporáneos que coexisten con otros que hacen referencia a los años 60.
En el comedor trabajamos una composición de lámparas para añadir ese elemento interesante y escultórico.
En la habitación se creó un espacio acogedor, con un color de pared más oscuro y colocamos un tapiz con textura para dar profundidad. Los apliques liberan espacio en las mesas de noche, la lampara central da movimiento y los cuadros, hechos a la medida, son parte del sello personal que me gusta dejar en cada uno de los proyectos.
Retos a superar
El mayor reto en este caso a pesar del metraje, no fue le distribución, sino hacer que ese layout no quedara plano o básico. También llevarlo a cabo con un presupuesto limitado. Además, seleccionar cada elemento para que aportara a la idea que quería transmitir y mantuviera mi sello como diseñadora.
Otro gran reto fue el “timing”. Comenzamos el proceso de instalacion y ensamblaje, 2 días antes de iniciar la cuarentena por el Covid. Manejar los niveles de ansiedad, así como no poder completarlo todo al detalle fue para mí un reto de paciencia y aceptación.
| Fotógrafo: Misael Ramírez | Texto: Dis. Carmen Ariza
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