“El artista es un receptáculo para las emociones que vienen de todas partes: del cielo, de la tierra, de un trozo de papel, de una forma que pasa, de una tela de araña“. Esta afirmación de Pablo Picasso se hace especialmente evidente en la obra de la artista Mónica Lapaz, quien absorbe de una forma muy particular el paisaje que la rodea y lo traduce en patrones, texturas rítmicas y colores brillantes.
Mónica nace en Gazcue, sector de Santo Domingo que se convertiría en musa y protagonista de muchas de sus creaciones. Desde muy temprana edad se sentía atraída por las curiosas formas arquitectónicas típicas del sector. Creaba espacios miniatura con bloques, ramas, cartones y cualquier elemento que encontrara a su disposición.
Sus inicios
Sus primeras ilustraciones eran arquitectónicas pero incluían a su abuela. Eran coloridas y llenas de patrones inspiradas en los diseños de los pisos de su residencia.
Hoy abstrae lo que capta de la ciudad de Santo Domingo, enfocándose principalmente en los símbolos de la periferia. Así intenta organizar su mundo interior, al reconfigurar y simplificar las percepciones que ha recopilado. Por querer entender cómo su entorno ha formado lo que ella es hoy.
Completa estudios en arquitectura en la Universidad Iberoamericana y al cabo de unos años el interés por el arte supera su lazo con la construcción, por lo que decide entrenarse como artista visual. Luego emplea los conocimientos de diseño a la nueva visión adquirida en la escuela de Altos de Chavón.
Sobre su obra
De su obra nos cuenta: “En mis imágenes recompongo elementos arquitectónicos que forman parte del urbanismo impersonal y hostil que percibo al recorrer Santo Domingo”.
Emplea perspectivas isométricas, composiciones rítmicas y paletas de color tan heterogéneas como las que allí se encuentran. Dibuja balaustres, columnas, rejas, cerámicas, estatuas, además de bloques de cemento, alambres de púa, letreros y grafitis que en la realidad compiten visualmente al carecer de orden aparente en su disposición, proporciones y combinaciones.
“Busco reorganizar estos elementos con la intención de encontrar armonía dentro de lo que existe a mi alrededor, para contrarrestar el caos visual que me abruma al caminar por la ciudad”.
Mónica Lapaz
El trabajo de Mónica es también inevitablemente crítica social y política, al retratar carencias y desaciertos del urbanismo de nuestra ciudad. Como expresara el artista Engel Leonardo sobre su exhibición Pequeña Escalera (2014): “En los delicados bordados, dibujos y pinturas de Mónica Lapaz, el edificio imposible e inabarcable, el edificio como escalera inaccesible, hace referencia a la dictadura de la arquitectura y su discurso de poder, y representa a la vez, de manera simbólica, las complejas estructuras construidas por el hombre y la dificultad e imposibilidad de transformarlas”.
| Imágenes cortesía de Mónica Lapaz.