Cubierta de materiales originales, fresca y exquisita, se encuentra esta casa de playa, que invita a la desconexión y relajación en un ambiente cálido besado por la brisa que toca las olas. Un “Refresh” realizado para estar a la altura de las imponentes vistas que ofrecen las montañas y la hermosa bahía de Samaná.
Esta locación representa la yuxtaposición de estructuras modernas y costeras que armonizan a la vista del mar. La casa cuenta con tres habitaciones, sala, comedor, área exterior y decenas de detalles que cuentan a viva voz el encanto de su figura y el confort moderno.
Espacios que armonizan entre sí y muebles que respetan las proporciones métricas de cada rincón, hacen de ésta una estancia acogedora. Gracias a la cuidadosa selección de materiales utilizados para adecuarse al ambiente.
Acogedora y funcional
En la sala principal, para sacar mayor provecho de las dimensiones, se redistribuyó el espacio y se colocaron dos sofás mirándose entre sí; dos butacas de tonos azules frente al gran ventanal, para al mismo tiempo facilitar el flujo y la movilidad. Dos antiguos bancos convertidos en grandes mesas de trazos ondulados, debajo de la cual reposan otomanes que invitan a subir los pies y relajarse en una amena charla.
Algo similar se trabajó en las habitaciones, sobre todo las secundarias. La personalidad de sus habitantes se enmarca en cada una de ellas para hacerlos sentir en su espacio especial. En la principal, una estancia elegante con un techo en madera natural donde resaltan los colores neutros.
Una de las habitaciones secundarias se adecuó para los nietos. Un concepto más infantil con decoraciones temáticas que llaman al aspecto náutico y en el que impera el color en un área divertida, llena de vida y donde pueden albergarse muchas personas a la vez. Para lograrlo las camas nido están en una posición estratégica, horizontalmente, permitiendo desplegarse a la hora de dormir, pero tener espacio en el resto del día.
Realce de la iluminación
La tercera habitación, de tonos naranja con azules, se diseñó para un joven adulto. En la redistribución del espacio, la cama no bloquea el ventanal. Logrando desde aquí, tener una exuberante vista del paisaje, dado que la propiedad está a una altura de aproximadamente 90 metros sobre el nivel del mar, con una vista de 180 grados al sur de la extraordinaria Bahía.
Un inigualable balcón interior sirve de referente interno para toda la casa. En él se adaptaron algunas lámparas para generar mayor iluminación. Justo al frente, en el área del gran ventanal. Se trabajó un revestimiento especial para reducir el efecto de los rayos ultravioletas en las telas y en los muebles evitando su deterioro. También cortinas automatizadas a medida que se pueden programar según las necesidades del cliente.
El hermoso comedor, donde se utilizó estuco de color grisáceo claro, luce interesantes cuadros y piezas emblemáticas que ya poseían sus propietarios y que solo necesitaban ser reubicados. Se acentuó la iluminación natural, con luz cálida en el interior.
La tapicería utilizada está entre canvas, linos, algodones y otros materiales bastante frescos para el tipo de clima de la locación. “Trabajamos una paleta de colores neutra para el área principal. En áreas como el comedor, integramos tonos azules, corales y verdes, que dan en la diana para lograr que los espacios sean más acogedores.”
Maria Gabriela Mendoza
Estudió Diseño y Decoración Arquitectónica en la Universidad Iberoamericana (UNIBE) y se certificó en Lighting Design en ELISAVA, Barcelona.
Con más de 15 años de experiencia, e impulsada por la pasión de crear espacios para completar y armonizar la vida de sus clientes, fundó en 2015 MG INTERIOR DESIGN, una empresa que busca crear espacios que reflejen bienestar y felicidad para sus usuarios.
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| Imágenes cortesía MG Interior Design, © Harold Lambertus
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